I Set Fire to The Rain! {Bryanna}

Al menos tenia el consuelo de que llovía a cantaros. La lluvia y el mal tiempo era algo que no me desagradaba como a la mayoría de gente. Me agradaba el olor de la hierba húmeda por la lluvia y oír la lluvia de lejos, pero ese día no era algo que me ayudase mucho. Era demasiado, ni yo, después de tanto tiempo junto a él, conseguía averiguar como podía mi padre, ponerse de los nervios y montarse sus paranoias tan fácilmente. Tan solo por haberme visto hablar con Godric, de una manera tranquila, Salazar se me puso furioso, y empezó a gritarme como un loco. Nos encontrábamos en mi habitación, él había venido expresamente para ello, para gritarme. Yo pegado a una pared, y mi padre delante de mi; y Bradley mirando, asustado en un rincón sin decir nada; aguantando todo lo que me decía mi padre, sin decir nada, y rezando para que no se pasara ni conmigo ni con Brad. Había tenido suerte, no mucha, pero si lo mínimo que deseaba.

No podía parar, necesitaba desahogarme y no podía llorar, odiaba llorar y era eso o lo que decidí... correr. Subí las escaleras con el destino de llegar lo mas lejos posible, o lo que era igual: el lago. Con lagrimas en los ojos, salí del castillo encontrándome ahora en uno de los porches. Tuve que pasar por en medio del patio, lo que hizo que me mojara mucho, para llegar bajo otro porche y salir del castillo, bajar colina abajo y sumergirme bajo el agua, algo que fallo, ya que al pasar al porche, todo mojado, resbale y me caí hacía adelante.

Apretaba fuertemente mis dientes, intentando dejar atrás ese dolor, no me gustaba parecer débil delante de otras personas y menos delante de ella. Me estaba clavando las uñas en mis muslos y ni aun así cesaba el dolor, pero no tan solo era el dolor de mi rodilla, también, recordaba aun el golpe que mi padre me había dado antes en la cara, minutos atrás, y ni me atrevía a mirar a la joven. Mis gafas de sol se habían caído conmigo, estas corriendo poco mas de un metro de mi y rayándose un poco. Aun seguía empapado. Iba demasiado poco abrigado para ese día, tan solo con una camiseta manga corta y unos pantalones, también cortos. Mis labios estaban un poco morados y mi piel estaba bastante fría.

Tenia que reconocerlo, habría sido un ingenuo de haber pensado que había engañado a Bry, ella era demasiado inteligente y tozuda. Noté como su tono se había calmado y como se sentó a mi lado, eso hizo que me sintiera bastante mejor. Mis ojos se volvieron a cerrar, y mordí mi labio inferior, cuando un agradable escalofrió recorrió mi espalda al notar su suave mano. Era muy suave y cómoda. Me daba bastante calor y eso, aunque me confortó, me puse bastante nervioso. Un leve sonido fue producido por mi nariz como intento de dejar de derramar lagrimas y suspiré. Hice un leve movimiento de afirmación con mi cabeza respondiendo a su pregunta. Suspiré y levante poco a poco mi cabeza, sin mover la pierna y aun manteniendo mis manos pegadas a mis muslo, con vergüenza a que me viera la cara por el golpe de mi padre, que me había dejado algo de marca en el pómulo izquierdo.